martes, 17 de abril de 2007

EL DILEMA DEL PARÁSITO

Consejo de Dios a las Naciones:

EL DILEMA DEL PARÁSITO

Alberto Mansueti


Desde el s. XIX la gente llama “capitalismo” al régimen constitucional de propiedad privada, mercados libres y Gobierno limitado, que la Biblia aconseja como parte del Reino de Dios en la tierra; y por ello tan sana recomendación es un capítulo del “Consejo de Dios a las Naciones”, que los cristianos obedientes llamamos “Teonomía” (normas de Dios). Es el sistema de preceptos bíblicos sobre buen gobierno en la esfera pública y en las privadas. O sea en el Estado; y en todos los espacios privados, que deben mantenerse separados del Estado, y que son: los negocios y las empresas (“Mayordomía”); la familia; la escuela; y la Iglesia.

Las de Dios son las normas que conducen a la vida; y por eso hay que obedecerlas: “Elige pues la vida.” (Deut. 28). El socialismo en cambio es un sistema antibíblico y anticristiano, aunque pregonado por los cristianos rebeldes. Mal camino toman las naciones que lo escogen, porque lleva a la muerte. El capitalismo en cambio es vital, porque permite trabajar y crear riqueza en abundancia, mientras que el socialismo sólo la consume y la destruye, y es por eso mortal, porque es un parásito, una enfermedad. El capitalismo no necesita del socialismo, como el organismo enfermo no necesita del parásito; pero el socialismo sí del capitalismo, como el parásito necesita del organismo vivo. (Los asaltantes de bancos también necesitan de los bancos; no los bancos de los asaltantes).

El capitalismo es el sistema económico natural propio de la gente que subsiste y progresa gracias a los mercados, los empresarios, y a la acumulación y reproducción de capital, creando abundancia de bienes y servicios, de riqueza y de empleos productivos, y de ingresos privados. Un régimen socialista es un parásito enquistado en el cuerpo social, que ofende y agrede al capitalismo, le obstaculiza, y le impide funcionar con eficiencia. Y puede matarlo, pero no le conviene, porque vive de las confiscaciones que le hace por distintos medios: estatizaciones, inflación de dinero-papel, aranceles, “derechos” y licencias, sobornos, impuestos y multas. Todo régimen socialista enfrenta siempre el dilema del parásito. 1) Sataniza, difama y acosa a los empresarios y productores capitalistas, para desacreditarlos ante la opinión pública, y de esa forma quitarles impunemente un enorme botín. 2) Pero al mismo tiempo no pueden liquidar del todo al capitalismo, porque si le matan, ellos también mueren.

Hasta ahora el Presidente Chávez ha resuelto exitosamente el dilema, mediante la hábil combinación de un discurso ultra-radical, y a la vez unas acciones no tan radicales; que de paso le sirve el primero para enardecer e ilusionar a sus fieles, y la mezcla con las segundas para confundir a sus opositores. Su extraordinaria intuición le ha descubierto esa fórmula, que le funciona, dada la crasa ignorancia y torpe ceguera de los políticos de oposición, y dirigentes empresariales, académicos y cristianos en Venezuela; y por eso él sigue en esa línea. Y seguirá por muchos años, en tanto esos factores mencionados sigan sin ver la realidad, sin atreverse a tomar la vía del capitalismo.

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Maestro Bíblico

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