( Foto: Rubén Manrique/ en escena: Fiorella Mendoza, Brunella Cano yJaclyn Ancani)UN APUNTE por Tomás Temoche Varias
En estos tiempos nuevos los medios de comunicación evolucionan sideralmente, pero los cuentos para niños siguen sanos, sin deterioro.
Desde niños nuestros arquetipos son y siguen siendo "Blanca Nieves", "La Cenicienta", "La Caperucita Roja" que muestran finales catárticos en un órden totalmente rígido, invariable y absoluto.
Esto provoca temores e inhibiciones en los niños al aceptar esperados finales felices ; donde los "malos" son vencidos inexorablemente por los "buenos", los malos son los "indios malos sin jabón" como dice una canción de Piero.
(En escena: Fiorella Mendoza, Brunella Cano, Jaclyn Ancani y Juan Castañón)
Pero "La verdadera historia de Caperucita Roja" de Producciones Atoche que dirige Paùl Ruíz nos ofrece sorprendente trama. El montaje se inicia con provocadoras preguntas donde naufraga nuestra racionalidad y nuestros convencionales esquemas aterrizan : ¿ Porqué una enferma e indefensa abuelita vive aislada en el bosque? ¿ Porqué la Caperucita va sola a dicho bosque con una suculenta canasta de frutas, emparedados y un humeante guiso donde impajaritablemente se encontrará con un angurriento lobo - que el hambre torna ingenioso - al vestirse de abuelita ?.
(En escena Ruth Manrique, la madre de caperucita)
En este montaje todo sucede al revés : La inocente Caperucita es una avezada niña que más parece pandillera miraflorina ; la abuelita : pacharaca, avispada y maquiavélica, es además una gordita latifundista, muy ágil sin ser atleta. La mañosa madre sólo piensa en la moda, se cree maniquí y hasta canta "Maniquí : veleta, coqueta, nací".
El lobo, que a pesar de guiarse por incontrolables apetitos es torpe, pusilánime y la Caperucita lo hace papilla.
Con este material y una estructura impecablemente dramática del autor José Luis Márques, Paúl nos atrapa en una agradable atmósfera de signos, colores, símbolos, formas e imágenes que nos entretiene, conmueve, sacude y perturba. El trabajo es inteligentemente ingenuo, armónico, donde se ha puesto mucho cuidado en el vestuario y una franciscana escenografía. El montaje avanza increscendo de manera episódica con un solvente soporte dancístico y canciones bien colocadas.
(Marco Tocto, Ruth Manrique, Riorella Mendoza, Jaun Castañón, Víctor Sánchez yJaclyn Cano)
El final si nos parece forzadamente controvertido al conciliar los antagonistas y volver al tradicional colofón.
La obra de "Los Actores del Sol" se inscribe en un Teatro para niños a contracorriente a los manoseados montajes que creen que el niño es un tonto, que sólo contesta con monosílabos y que debe seguir aceptando los mitos y el orden establecido.
Carlos Tomás Temoche V.
A.C. YAWAR
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