A quién le interesan estas reflexiones? A mí más que a nadie. Tratando de explicarme por qué prefiero a Fujimori que a Humala. Por qué me parece que esta es otra guerra de aquella que libran de vez en cuando las figuras inútiles de los partidos políticos tradicionales, los trasnochados, los que ya se equivocaron una vez en 1990, los que me hicieron creerles que por ser “demócratas puros” eran mejores que los políticos pragmáticos.
Lo que a continuación van a leer, tiene su razón de ser y me lo han enviado vía correo, motivo por el cual lo transcribo, en vista que lo considero interesante y encierra una gran verdad.
Sin ir muy lejos, recuerden que fue Pérez de Cuéllar, ilustre secretario general de las Naciones Unidas y perdedor de las elecciones de 1995 contra Alberto Fujimori quien dijo muy orondo “cuando yo era niño los japoneses solo me cortaban el pelo en la peluquería”. Y este movimiento “etnocacerista” de donde proviene Ollanta Humala, también está fundado sobre conceptos de odio racial, de supremacía de una raza nacional, que debe mandar sobre una raza “importada”.
Un amigo me exigió, que s¡ yo le reconocía cosas buenas al gobierno de Fujimori debería decirlas sin temor. Reconozco que Fujimori hizo cosas buenas, le contesté. Pero lo importante al momento de juzgar a la hija que ahora es candidata no son las cosas buenas sino las malas.
Quienes critican a Fujimori tratando de menospreciar sus logros caen en el mismo error de quienes lo alaban sin darle importancia a sus defectos. Los abusos de poder permitieron que su gobierno fuera bastante efectivo en la pacificación nacional y la estabilidad económica. Discrepo con quienes dicen que la captura de Abimael y la derrota de sendero era inminente sin Fujimori. Discrepo con quienes dicen que todo lo bueno, económicamente fue un espejismo para robar a manos llenas.
Hubo progreso económico y el Estado se modernizó y se hizo mucho más eficiente. Toledo ni nadie hubieran podido manejar un país con intis millón, repudiado por el FMI, con el dólar MUC y un ingreso por recaudación tributaria cercano a cero.
¿Corrupción? Si, la hubo. Pero también la hubo y a manos llenas en el gobierno de Belaunde AP- PPC 1980-1985; en el de Alan García entre 1985-1990. ¿Violaciones de los derechos humanos? Las hubo también en el gobierno de Belaunde, con las primeras incursiones de la policía y la marina en Ayacucho en la batalla perdida contra Sendero Luminoso. Y las hubo en el gobierno de Alan García, con la matanza del frontón y las aniquilaciones selectivas del comando “Rodrigo Franco”.
Y a los que rememoran el 5 de Abril como un día nefasto, no recuerdan que la constitución y las leyes de 1979 le garantizaban, en caso de ser capturado, un juicio justo a Abimael Guzmán.
Con esas leyes que los congresistas se negaban a revisar y mejorar, era muy posible que de haber sido capturado Abimael Guzmán en 1992, hubiera salido libre con rapidez, debido a la falta de pruebas.
¿Fue una guerra sucia? Si. Fue asquerosa. Pero la alternativa era seguir viviendo con sendero luminoso indefinidamente. Los peruanos de aquella época no queríamos eso. Es sencillo hablar ahora de lo que se pudo haber hecho. Pero no lo hicieron AP ni el PPC ni el APRA, que demostraron ser bastante ineficaces para luchar no solo contra ese problema de la subversión sino contra otros: el desastre de “El niño” en 1992 paralizó al país durante casi un año.
Belaunde no supo manejar los recursos y hubo una época en la cual no había azúcar ni arroz por ningún lado. Ese gobierno se despidió en 1985 con 5% de aprobación. Si los que van a votar por Keiko son los mismos racistas pitucos que votaron por PPK. Creo que el voto por Humala en verdad es un voto de descontento. Algo que Alejandro Toledo expresó muy bien en su discurso de aceptación de la derrota: “El progreso económico no está llegando a todos”.
Pero también creo que los anti-fujimoristas están ridiculizando a quienes van a votar por Keiko Fujimori como si se tratase de idiotas que no tienen el respeto a los derechos humanos y a la democracia entre sus prioridades.
Creo que el votante de Keiko, es una persona que ha vivido el desastre previo a Fujimori. El votante de Keiko ha visto lo que propone Humala y no cree que sea capaz de mantener sus promesas de cambio, integración y respeto a la pluralidad de opiniones una vez en el poder.
El votante de Keiko, habrá escuchado lo que dice Humala: “Abimael es un preso político” y se habrá sentido en la luna, porque ese candidato que dice representar al Perú más profundo, al peruano más honesto que vive de su cosecha, ve los horrores de Sendero Luminoso desde una perspectiva extraña. Humala al decir aquello ignora el horror de Sendero Luminoso.
El votante de Keiko, no se identifica con esa frase infeliz ni con otras frases peligrosas como “Velasco fue un buen presidente” , “Hay que transformar la Constitución” o “Hay que estatizar los medios de comunicación limeños”.
El votante de Keiko, también es un empresario al que le asusta las palabras “estatización”, “nacionalización” o “control de la libertad de expresión”. Al votante de Keiko lo que más le interesa no es la lucha de clases, sino que lo “dejen trabajar”.
Fujimori es una MEJOR ALTERNATIVA de gobierno que Humala, pero el votante debería exigirle mucho más a Keiko. Limpiar la imagen de su padre también requiere rodearse de gente capacitada y dejar que los corruptos se pudran en la cárcel”.
Ahora, de cara a la segunda vuelta, como muchos de los votantes de Keiko Fujimori, voy a apoyar esa opción, que me parece mucho más favorable para el país que la de Ollanta Humala. Voy a darle el beneficio de la duda y alegrarme de que una mujer recoletana, sea la primera presidenta del Perú.
Sin ir muy lejos, recuerden que fue Pérez de Cuéllar, ilustre secretario general de las Naciones Unidas y perdedor de las elecciones de 1995 contra Alberto Fujimori quien dijo muy orondo “cuando yo era niño los japoneses solo me cortaban el pelo en la peluquería”. Y este movimiento “etnocacerista” de donde proviene Ollanta Humala, también está fundado sobre conceptos de odio racial, de supremacía de una raza nacional, que debe mandar sobre una raza “importada”.
Un amigo me exigió, que s¡ yo le reconocía cosas buenas al gobierno de Fujimori debería decirlas sin temor. Reconozco que Fujimori hizo cosas buenas, le contesté. Pero lo importante al momento de juzgar a la hija que ahora es candidata no son las cosas buenas sino las malas.
Quienes critican a Fujimori tratando de menospreciar sus logros caen en el mismo error de quienes lo alaban sin darle importancia a sus defectos. Los abusos de poder permitieron que su gobierno fuera bastante efectivo en la pacificación nacional y la estabilidad económica. Discrepo con quienes dicen que la captura de Abimael y la derrota de sendero era inminente sin Fujimori. Discrepo con quienes dicen que todo lo bueno, económicamente fue un espejismo para robar a manos llenas.
Hubo progreso económico y el Estado se modernizó y se hizo mucho más eficiente. Toledo ni nadie hubieran podido manejar un país con intis millón, repudiado por el FMI, con el dólar MUC y un ingreso por recaudación tributaria cercano a cero.
¿Corrupción? Si, la hubo. Pero también la hubo y a manos llenas en el gobierno de Belaunde AP- PPC 1980-1985; en el de Alan García entre 1985-1990. ¿Violaciones de los derechos humanos? Las hubo también en el gobierno de Belaunde, con las primeras incursiones de la policía y la marina en Ayacucho en la batalla perdida contra Sendero Luminoso. Y las hubo en el gobierno de Alan García, con la matanza del frontón y las aniquilaciones selectivas del comando “Rodrigo Franco”.
Y a los que rememoran el 5 de Abril como un día nefasto, no recuerdan que la constitución y las leyes de 1979 le garantizaban, en caso de ser capturado, un juicio justo a Abimael Guzmán.
Con esas leyes que los congresistas se negaban a revisar y mejorar, era muy posible que de haber sido capturado Abimael Guzmán en 1992, hubiera salido libre con rapidez, debido a la falta de pruebas.
¿Fue una guerra sucia? Si. Fue asquerosa. Pero la alternativa era seguir viviendo con sendero luminoso indefinidamente. Los peruanos de aquella época no queríamos eso. Es sencillo hablar ahora de lo que se pudo haber hecho. Pero no lo hicieron AP ni el PPC ni el APRA, que demostraron ser bastante ineficaces para luchar no solo contra ese problema de la subversión sino contra otros: el desastre de “El niño” en 1992 paralizó al país durante casi un año.
Belaunde no supo manejar los recursos y hubo una época en la cual no había azúcar ni arroz por ningún lado. Ese gobierno se despidió en 1985 con 5% de aprobación. Si los que van a votar por Keiko son los mismos racistas pitucos que votaron por PPK. Creo que el voto por Humala en verdad es un voto de descontento. Algo que Alejandro Toledo expresó muy bien en su discurso de aceptación de la derrota: “El progreso económico no está llegando a todos”.
Pero también creo que los anti-fujimoristas están ridiculizando a quienes van a votar por Keiko Fujimori como si se tratase de idiotas que no tienen el respeto a los derechos humanos y a la democracia entre sus prioridades.
Creo que el votante de Keiko, es una persona que ha vivido el desastre previo a Fujimori. El votante de Keiko ha visto lo que propone Humala y no cree que sea capaz de mantener sus promesas de cambio, integración y respeto a la pluralidad de opiniones una vez en el poder.
El votante de Keiko, habrá escuchado lo que dice Humala: “Abimael es un preso político” y se habrá sentido en la luna, porque ese candidato que dice representar al Perú más profundo, al peruano más honesto que vive de su cosecha, ve los horrores de Sendero Luminoso desde una perspectiva extraña. Humala al decir aquello ignora el horror de Sendero Luminoso.
El votante de Keiko, no se identifica con esa frase infeliz ni con otras frases peligrosas como “Velasco fue un buen presidente” , “Hay que transformar la Constitución” o “Hay que estatizar los medios de comunicación limeños”.
El votante de Keiko, también es un empresario al que le asusta las palabras “estatización”, “nacionalización” o “control de la libertad de expresión”. Al votante de Keiko lo que más le interesa no es la lucha de clases, sino que lo “dejen trabajar”.
Fujimori es una MEJOR ALTERNATIVA de gobierno que Humala, pero el votante debería exigirle mucho más a Keiko. Limpiar la imagen de su padre también requiere rodearse de gente capacitada y dejar que los corruptos se pudran en la cárcel”.
Ahora, de cara a la segunda vuelta, como muchos de los votantes de Keiko Fujimori, voy a apoyar esa opción, que me parece mucho más favorable para el país que la de Ollanta Humala. Voy a darle el beneficio de la duda y alegrarme de que una mujer recoletana, sea la primera presidenta del Perú.
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